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AMÉRICA PARA LOS AMERICANOS

  • L.E. SABOGAL
  • 9 feb
  • 3 Min. de lectura

Actualizado: 13 feb

A propósito de las ideas que alientan al nuevo mandatario estadounidense sobre sus deseos anexionistas y beligerantes con sus vecinos (nosotros) quiero recordar algunos datos que tal vez sirvan para animar el sentimiento de dignidad latinoamericana.


En primer lugar, es cierto que Trump ganó las elecciones y que el establecimiento aceptó sin discusiones su regreso al poder, pero vale la pena recordar que la diferencia con Harris fue del 1.5% de los votos totales (77.300 millones contra 75.017 millones), es decir, 49.8% contra 48.3%, diferencia mínima que sin embargo le valió ganar en la mayoría de los estados claves. No obstante, para lo que significa en términos de aceptación, la cifra de votantes apenas alcanza a la mitad de la población. No piensan igual todos los estadounidenses.


Por otra parte, la insistencia en combatir la inmigración ilegal para dar cumplimiento a una promesa de campaña no puede convertirse en una persecución despiadada sobre la población de origen hispano como único objetivo, borrando una historia compartida de más de un siglo en la que el aporte de esta al desarrollo de los Estados Unidos es innegable. Tal vez por ignorancia o por el deseo de mantenerse fiel a la consigna de “America First”, el nuevo gobierno soslaya el hecho de que América es una sola y que los seres humanos que la habitamos somos también una gran familia. Veamos.





América es la denominación del continente conformado por tres grandes masas de tierra conocidas comúnmente como América del Norte, América Central y América del Sur, los habitantes de esta gran masa de tierra que va desde el océano Ártico hasta el Cabo de Hornos somos los americanos. Se dice incluso que Américo Vespucio, el geógrafo que describió el continente y de cuyo apellido surgió el nombre de América (1506), visitó ampliamente el sur de América y apenas conoció superficialmente el sur occidente de lo que hoy es llamado Estados Unidos. 


La llamada América Latina (Latinoamérica) comprende desde México hasta la Patagonia en Argentina y Chile y alberga aproximadamente unos 670 millones de habitantes principalmente de habla española (430 millones aprox.) y también del portugués (Brasil) y el francés (Haití y otras islas), neerlandés e inglés en países de baja población, amén de múltiples lenguas indígenas que contribuyen aún a enriquecer el léxico del español. Existe un sentimiento de hermandad cultural entre nuestros países, generalizado y reconocido por los latinoamericanos; la lengua que nos identifica ha forjado nuestra identidad y nuestra cultura de la cual nos sentimos orgullosos.


La inmigración hispana a los Estados Unidos por razones económicas, sociales o políticas, ha conseguido que la lengua española tan solo en los Estados Unidos se hable hoy en día por cerca de 60 millones de personas; que se haya convertido en la segunda lengua del país después del inglés y preferida por los norteamericanos que desean aprender otro idioma;  que los colegios bilingües ofrezcan prioritariamente el español como segunda lengua; y que la cultura latina impregne sus costumbres y la gastronomía. Sin olvidar que un país de la unión (Puerto Rico) habla español.


Para bien o para mal compartimos con Estados Unidos, la potencia preponderante en el mundo de hoy, esta gran masa de tierra llamada América; los migrantes provenientes de todos los rincones del mundo construyeron este país y representan la fuerza trabajadora e intelectual que lo caracteriza. No parece por lo tanto correcto montar una persecución infame sobre trabajadores cuyo pecado es el de querer ganarse la vida de manera honesta lejos de sus hogares; hay otras formas de controlar la inmigración ilegal, sin atentar contra la dignidad y la integridad de los seres humanos.


Make America Great Again  es un lema que bien podría extenderse a la totalidad de las naciones americanas, este sí sería un buen negocio que pondría a los Estados Unidos en una dimensión superlativa: compartir la riqueza con sus vecinos conformando así la red de progreso y de seguridad más extensa y poderosa de la historia de la humanidad. La idea de MAGA unida con Latinoamérica no implica la pérdida de identidad o soberanía para nuestros países, sino que debe basarse en el respeto mutuo y la cooperación sin pretender cambiar la historia y las tradiciones de cada país. El increíble avance de China basado en la penetración económica mediante grandes inversiones para el desarrollo de los países es un aviso importante para la gran potencia mundial de lo que puede lograr la diplomacia del dinero en favor del progreso y de la paz.  


#También somos americanos  # We are americans too   

 
 
 

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