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MANGA EN EL PORTAL DE MIS RECUERDOS

  • L.E. SABOGAL
  • hace 6 días
  • 4 Min. de lectura

Un buen amigo ha puesto en mis manos este maravilloso libro de Willy Martínez de crónicas y poesía, recopilación de escritos publicados durante años en el diario El Universal de Cartagena. Se trata de artículos y poemas dedicados a los recuerdos y vivencias del autor en Cartagena y muy especialmente en nuestro barrio de Manga, donde ha vivido gran parte de su vida.


El libro me ha llegado a lo más profundo del corazón pues soy en gran medida contemporáneo del autor y manguero durante toda mi vida; lo he leído con sentimientos de alegría y de nostalgia al evocar pasajes de mi propia vida en Manga, el barrio de mis amores y de mis más caros recuerdos.




El libro de W. Martínez contiene, además, las bellas pinturas del acuarelista Roy Valenzuela, que representan la vida cotidiana en las calles, las fachadas de casas humildes y de otras elegantes, el juego de las tapitas, el Trébol, el puente Román, la bahía, el Pastelillo, y otros lugares icónicos del barrio. Una delicia sensorial para el deleite de los lectores.


No viví muchas de las anécdotas que se relatan en el libro, pero puedo distinguir con claridad aquellos momentos, pues también disfruté mi adolescencia y mi madurez recorriendo los mismos lugares que inspiran al autor. Todavía lo hago.


Mis andanzas y memorias se concentran en los callejones del barrio, esencialmente en el Segundo, conocido como Callejón de los Besos, donde vivimos con mi madre y mis hermanos nuestra juventud y donde mantuvimos nuestra casa por más de cincuenta años, hasta la partida final de mi madre. El primer libro que publiqué, Los límites del Segundo (2022), relata a modo de ficción algunos de los hechos que marcaron mi juventud en el barrio, que constituye, como lo sugiere el título, el leitmotiv central de la novela.


Al leer el libro de Willy Martínez he reído hasta las lágrimas con algunas de las anécdotas que allí se relatan, y no he dejado de pensar cómo las historias y anécdotas de una sola cuadra como la mía podían conformar un microcosmos de la multiplicidad social, e incluso racial de nuestra ciudad: un crisol de razas y costumbres que han construido con el tiempo lo más significativo de la idiosincrasia del cartagenero.


¿Quién en Cartagena no ha sido objeto de un apodo, nombrado con la característica más distintiva de cada personaje?. Tan solo en el Segundo recuerdo algunos de estos: el potra, el abuelo, la gaga, la jopo elástico, y otros que no menciono por respeto a su memoria; y en el colegio: el careta, el hampa, el care´c… Mención aparte merece el grupo de los voceadores que anunciaban toda clase de productos con cantos o lemas reconocible por todos: El “ figurita” de la lotería (hoy es sabadete, día de san billetete),  el hombre de las panochas, el del peto (¡calientito el peto!), los del raspao, las frutas, los aguacates, las cocadas (con coco y anís), y muchos más que nos hacían la vida agradable y nos servían al mismo tiempo.


MANGA EN EL PORTAL DE MIS RECUERDOS es un libro para el solaz del espíritu que no solo nos permite recordar la historia reciente de nuestra juventud, sino que también nos lleva a reconocer todo aquello que dejamos atrás, todo aquello que perdimos. Ya pasó aquel tiempo en que nos sentábamos apaciblemente en las mecedoras a observar el paso de amigos y vecinos, “adiós” decíamos como saludo, “adiós” se respondía; los clamores de cánticos pasados ya no se escuchan, apagados por el tumulto silencioso de las comunicaciones electrónicas.


 Manga ya no es la misma, Cartagena tampoco; Colombia ha cambiado con el mundo. Pero el amor por nuestra ciudad y por el barrio es imperecedero, pues como lo sentenció en su poema Luis Carlos López:


“ Mas hoy, plena de rancio desaliño,

   bien puedes inspirar ese cariño

   que uno le tiene a sus zapatos viejos”.



PUNTO APARTE.


Visita a la Puerta de Oro de Colombia.


Estuve recientemente en Barranquilla, la ciudad hermana de Cartagena, llamada La Puerta de Oro, por haber sido la primera entrada al país del comercio, del inicio de la aviación y del desarrollo económico y la industrialización. Curramba la bella, como la llaman popularmente. O simplemente La Arenosa en tiempos modernos. Fui en plan de turismo, luego de más de treinta años sin visitarla atraído por su nueva cara abierta al mundo y al progreso, y no me defraudó. Encontré una ciudad moderna y pujante liderada por un gobierno de avanzada y un liderazgo empresarial reconocido que han llevado la ciudad a ser considerada la nueva gema del Caribe. Con mi esposa recorrimos los lugares icónicos de la actualidad, los nuevos y los tradicionales, que los barranquilleros cuidan por igual; admiramos el nuevo Malecón, visitamos el Museo del Carnaval, conocimos sus espectaculares centros comerciales, y probamos la deliciosa gastronomía caribeña.



Guiados por un joven experto en la historia y la cultura de Barranquilla recorrimos a pie el Barrio Abajo y El Prado, deleitándonos con las maravillosas historias y anécdotas de fiestas y de bailes, de escritores, y de la importante y muy conservada arquitectura de las casas más tradicionales. Pudimos también apreciar el desarrollo turístico que proporciona el estar abrazados por el río Magdalena y con las recientemente renovadas playas de Puerto Colombia. Todo un ejemplo de cultura ciudadana y de progreso material en convivencia con el medio ambiente.


Para resaltar el llamado Museo Romántico de la ciudad, importante iniciativa cultural liderada por una familia y por un grupo de personas entregadas por amor a su recuperación, pero extrañamente olvidado por las autoridades. Bien vale la pena recuperar la casona de la sede y dotarla del atractivo que se merece como un importante hito de la memoria local que fácilmente podría renacer con la ayuda de empresas y filántropos amantes del arte y la cultura.






 
 
 

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