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Tertulia

  • L.E. SABOGAL
  • 12 jun
  • 7 Min. de lectura

Actualizado: 15 jun

Buenos días a todos, soy L.E. Sabogal, bienvenidos a esta tertulia.


Los que han echado un vistazo a mi página de autor ya me conocen un poco, para los que soy un perfecto desconocido voy a contarles algunas cosas de mí que espero les permitan comprender la razón de mi participación en este espacio dedicado a los emprendedores.


Comenzaré por contarles que siempre me he sentido como un emprendedor, desde que comprendí que siempre es posible encontrar nuevas posibilidades para progresar, por lo que siempre he estado atento a las oportunidades que se presentan en el camino.


Mi vida actual es la de un escritor: dedico varias horas del día a inventar historias y a la lectura; así que para seguir en la onda de escritor voy a contarles algunas cosas como quien relata una historia dividida en capítulos, que corresponden a momentos clave que han marcado hitos en mi vida. De hecho, estoy convencido de que la historia de cada persona podría contarse como una novela, y creo que seguramente estarán de acuerdo con esto, ¿cierto?




 

CAPÍTULO I (de mi novela)


 Mi padre murió cuando yo tenía 4 años, mi madre quedó viuda a los 24 años con 4 hijos pequeños. ¿Algo nuevo en esta historia? Pues no, a muchas familias les ha tocado vivir historias aún más difíciles; en nuestro país mucha gente sufre desde que nace, pero nunca se rinden y logran prosperar. Entonces: infancia triste con escasez, pero con mucho amor.



CAPÍTULO II


Demos un salto en el tiempo y pongamos algo de contexto. Viví en Cartagena hasta los 18 años, hasta cuando me instalé en Bogotá para seguir mis estudios superiores. Mi ejemplo fundamental de vida fue mi madre, a quien vi trabajar muy duro durante muchos años, pero que siempre tuvo tiempo para demostrarnos su amor y darnos la protección necesaria durante ese período.


Mis experiencias de vida, sin embargo, las aprendí en la calle, sin ningún control, y no siempre fueron cosas buenas. Así que, como podrán suponer, fui un joven descarriado, pero siempre me fue aceptablemente en el estudio, lo que me permitió ingresar a la Universidad Nacional en Bogotá, y allí mi vida cambió. (Algunas anécdotas de esa época las pueden leer en el relato ficticio de mi novela Los límites del Segundo)



CAPÍTULO III


Mi vida cambió, y mucho, porque llegué a vivir con mi abuela paterna y mi tía que tenían dinero y comodidades, y vivían en un barrio muy bonito, es decir, un cambio de vida total.


En la Universidad me convertí en un buen estudiante y en excelente deportista, por lo que pude sobresalir entre mis compañeros. Para mi sorpresa descubrí que era fuerte y ágil, lo que me abrió algunas puertas, pude viajar, y adquirí gran seguridad en mí mismo. Fue un tiempo feliz y divertido, lleno de aprendizajes.



CAPÍTULO IV


Cinco años después regresé a Cartagena, a mi hogar, en busca de trabajo. No fue difícil porque contacté a un antiguo profesor de mi colegio que ahora tenía un cargo directivo en la educación de la ciudad, y de una vez me contrató como profesor. Mi tiempo lo repartía en las clases por la mañana, el deporte en la tarde, y un trabajo extra en la universidad por la noche. Ganaba bien y tenía tiempo para divertirme el fin de semana. Más adelante ocupé mis sábados a estudiar francés avanzado en la Alianza Francesa donde el director era también mi profesor.


Un buen día, me dijo el director que iba a visitarnos el Agregado Cultural de la embajada francesa y que me lo iba a presentar. Y efectivamente lo conocí y charlamos unos 15 minutos. Pasó un mes y me invitaron a Bogotá a tomar un curso para profesores durante una semana. Allí volví a encontrarme con el Agregado Cultural, que en esta ocasión me ofreció participar en la convocatoria de becas para estudiar en Francia.


Y pasado otro mes, me llegó una carta de la embajada en la que me anunciaban que me otorgaban una beca para estudiar en París en la Sorbona. Podrán ustedes imaginar la sorpresa y mi alegría con esta noticia. Así que un día partí para Francia a tener las mayores experiencias culturales y de formación intelectual que marcaron mi vida.



CAPÍTULO V


Dos años estuve en Francia, un año en Grenoble, la capital de los Alpes franceses, y un año en París, donde terminé una maestría e hice el primer año de doctorado en la Sorbona. Estudié mucho, aprendí mucho, viajé mucho. Fue un tiempo maravilloso que cambió para siempre el rumbo de mi vida.


Y luego regresé a Colombia, entonces la Embajada francesa me contrató como Asistente Pedagógico, era el enlace entre la embajada y el Ministerio de Educación. Al mismo tiempo tenía un contrato de asesoría con ASPAEN en una Corporación educativa que luego se constituiría como la Universidad de la Sabana. Trabajaba mucho y ganaba bien.


Cuando se acabaron esos contratos ingresé como profesor a la Universidad Libre de Bogotá, donde permanecí como profesor titular durante 10 años. Ahora trabajaba mucho y ganaba poco.  Fueron años difíciles y ya estaba casado y tenía dos hijos pequeños. En ese tiempo creamos una empresa con mis hermanos, pero no funcionó. Creo que nos faltaba experiencia como empresarios; perdí tiempo y dinero, pero aprendí mucho.


Como quería mejorar mis ingresos miraba todo el tiempo las noticias y los periódicos a ver qué posibilidades podía encontrar. Noté entonces que muchos de los cargos importantes del Estado estaban en poder de egresados de una prestigiosa universidad privada, entonces me matriculé en una maestría en Política en esa universidad, era la primera vez que pagaba para seguir estudios superiores.


Y aquí vino otro momento importante en mi vida: casi de inmediato conocí a mucha gente que estaba en cargos importantes que ahora eran mis compañeros de estudio. De esta forma fortalecí mi red de amistades (¡aunque todavía no existían los celulares, ni las redes sociales!). Muchos de ellos ya estaban afiliados a algún grupo político; entonces me invitaron a una reunión de su grupo donde conocí a un concejal muy reconocido en esa época, le caí bien y me invitó a acompañarlo en sus reuniones periódicas. Y me convertí uno de sus más cercanos asesores.


No tuve que esperar mucho tiempo cuando me nombraron en una sección de la Secretaría de Educación. Entonces tenía dos empleos, estaba bien ocupado, ganaba buen dinero, tenía a mis hijos en un buen colegio y vivíamos cómodamente. En la Secretaría estuve 4 años, allí fui jefe de Primaria y Director Operativo, hasta que el primer alcalde de la ciudad elegido popularmente me nombró SubSecretario de Educación de Bogotá, gracias a mis contactos políticos. Mucha influencia, viajes y buenos sueldos, hasta que terminó ese gobierno y también mi empleo con el Distrito.



CAPÍTULO VI


En el aire y sin trabajo, con dos hijos, esposa y responsabilidades, pero lleno de experiencias y aprendizajes, decidí que no quería seguir siendo un empleado y me lancé a crear mi propia institución educativa: un colegio con un sistema innovador de autoaprendizaje que en su momento (1991) fue el pionero en Bogotá de “Otra forma de aprender”, como decía nuestro lema. Investigué y escribí mucho para crear mi Proyecto Educativo y comencé con mi emprendimiento.


Recuerdo que en esa época también trabajé un tiempo con AMWAY, empresa de networking recién llegada al país; alcancé a crear una red de 8 personas y me gané algunos pesos. Pero el trabajo del colegio me absorbía todo el tiempo y rápidamente comenzó a dar sus frutos, por lo que abandoné el networking y me dediqué por completo a mi nueva idea.


Curiosamente creí que bastaría con poner a andar mi Proyecto y que luego lo dejaría en otras manos para dedicarme a otros asuntos (escribir, por ejemplo). Pero no fue así, me fui quedando ahí, ¡ y mientras tanto pasaron más de 20 años! Gané buen dinero, tuve muchísimos problemas y obstáculos, hasta que, en 2021, cuando las cosas se pusieron difíciles, decidí que era el momento de terminar con mi emprendimiento. Pues bien, cerré el colegio, vendí el Proyecto y los bienes que hacían parte del mismo y me retiré con mi pensión asegurada.



CAPÍTULO VII (Y ÚLTIMO)


Y así llegamos al presente. Tuve mucha suerte, pues 6 meses después de cerrar el colegio llegó la pandemia del COVID, que como todos saben, paralizó casi toda la actividad económica, muchos colegios y universidades debieron cerrar completamente quebrados. No obstante, la pandemia fue también una oportunidad de aprender, pues nos enseñó a los seres humanos cosas importantes: que somos vulnerables, a ser resilientes, a reinventarnos, y otras cosas más.


Por mi parte desde varios años antes había comenzado a escribir -que era algo que realmente soñaba con hacer.  Y precisamente a mediados del 2020 cuando hice un viaje al Perú, camino a Machu Pichu, conocí a un escritor indio en el maravilloso viaje en tren del Perú Rail. Juntos con   nuestras esposas compartimos y nos hicimos amigos, y me dio muchos consejos para escribir.


De esta forma cuando regresamos a Colombia ya venía decidido a dedicarme a la escritura, y mi creatividad explotó durante la pandemia. Desde entonces estoy dedicado completamente a la escritura como mi Proyecto de Vida, llevo un blog en mi página de autor, he publicado en Amazon dos novelas que me hacen muy feliz, y tengo terminadas 4 más que publicaré en su debido tiempo. Sigo siendo un Perfecto Desconocido como el Bob Dylan de la película, pero de pronto un día de estos la gente empezará a hablar de mis novelas. Eso espero. Y espero también que ojalá de alguna forma esta historia inspire a algunos a perseguir sin descanso sus propias metas.



Quisiera concluir con algunos comentarios y reflexiones que tal vez puedan serles útiles en sus proyectos de vida. Me gusta mucho la oportunidad que me han abierto para conversar con ustedes, personas valientes que comienzan a emprender su negocio propio. Hoy más que nunca veo necesario crear empresa, sin olvidar que una buena formación intelectual es fundamental para tomar buenas decisiones.


¿De qué se trata el éxito que buscan alcanzar?


No hay una única respuesta que sea la más importante, el "éxito" es un concepto lleno de significados, depende de lo que siente cada persona que debe ser.

Para algunos será ganar mucho dinero, o tener buena salud y paz mental, o ser muy popular, para otros puede ser encontrar la pareja soñada, o viajar por el mundo. O todas a la vez, escriban su definición o sus metas.


 Lo cierto es que, para alcanzar lo que buscas en la vida, (cualquiera que sea tu meta y tu definición del éxito), no valen las excusas, ni la postergación, ni el origen familiar o social, ni tantas mentiras con las que a veces nos consolamos o justificamos el fracaso. Son muchos los ejemplos de personas aparentemente destinadas a fracasar y que son exitosas en sus trabajos y en sus vidas.


Para terminar, me atrevo a decir que esta es la clave para lograr el éxito que buscan en este emprendimiento: arriesgarse y ensayar; si se equivocan o fallan, corregir el camino rápidamente, ser persistentes sin perder la motivación, y mantenerse flexibles frente a los obstáculos.


Muchas gracias por escucharme.

 
 
 

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