Conversar con el Espejo
- L.E. SABOGAL
- 8 jun 2021
- 1 Min. de lectura

Los colombianos no sabemos escuchar, somos intolerantes frente a las opiniones de los otros. Este rasgo tal vez proviene de la época de la Violencia, superada(¿?) desde el pacto del Frente Nacional. Cuando parecemos dialogar nos limitamos a hacer un monólogo sin atender realmente los planteamientos ajenos, para colmo hablamos todos al tiempo sin orden y sin respeto.
Sucede en todos los ámbitos de la sociedad: en las discusiones familiares, en las juntas de trabajo, en las reuniones comunitarias, etc. Ni qué decir de las opiniones políticas exacerbadas hoy en día por la creciente polarización. Así es imposible llegar a acuerdos razonables, a lo sumo estos tomarán demasiado tiempo mientras se desenredan las lenguas.
¡Cuánta violencia, discriminación y divisiones nos habríamos evitado si nos hubiéramos detenido a escuchar con sinceridad las opiniones contrarias!. Nadie es dueño de la verdad absoluta, esta no existe, ni siquiera en la ciencia que se reta a sí misma constantemente.
Escuchemos lo que tienen por decir los otros, es la única forma de lograr acuerdos constructivos para avanzar hacia una sociedad más justa.






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