El Renacer de las Miradas
- L.E. SABOGAL
- 22 may 2021
- 1 Min. de lectura
Actualizado: 26 ago 2022

Como en los boleros antigüos los ojos han regresado a ser el centro de atención. Ojos soñadores, ojos coquetos, ojos grandes y pequeños, negros cafés, azules o verdes, ojos tristes o juguetones. En fin, que las miradas cobraron nuevamente su valor con el uso de las mascarillas protectoras.
La humanidad se encuentra inmersa en una forma de ensueño islámico en el cual debemos portar obligatoriamente una especie de niqab, ahora asignado equitativamente también a los hombres. No tiene el mismo valor simbólico, por supuesto, la usamos como el único y más eficaz método de protección contra el mortífero virus.
Ahora bien, nuestro moderno niqab no solo nos protege, también nos permite tener una forma de pasar inadvertidos, lo que podría a veces ser conveniente. Lamentablemente se ha convertido también en fuente de inseguridad cuando es usado por antisociales. Algunos lo portan como si fuera un bozal y actúan como perros bravos, otros se ocultan tras la mascarilla para cometer sus fechorías.
Pero, molestias aparte, el uso de las mascarillas nos ha llevado a aguzar nuestros sentidos, especialmente el oído. También nos ha permitido tener momentos de introspección más frecuentes y, al menos en mi caso, a estimular la imaginación. ¿Cómo será la poseedora de aquellos ojos grandes y expresivos? ¿Qué se esconde ojos abajo en cada mujer?
Y a todas las imagino bellas, es un impulso creativo.






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