Avance Femenino
- L.E. SABOGAL
- 22 ago 2021
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 31 may 2022

Ha sido muy larga la lucha de las mujeres por la llamada Igualdad de Género, algunos confunden el concepto con una pretendida superioridad de las mujeres sobre los hombres, otros lo ven como una guerra no declarada entre los sexos.
Ni lo uno ni lo otro, se trata de DERECHOS, en todos los aspectos : trabajo, educación, salud, vida cotidiana, derechos consagrados en la Declaración de Derechos humanos, en constituciones y en todo tipo de leyes que lamentablemente permanecen sin cumplirse cabalmente.
Las cifras son contundentes, pese a constituir algo más del 50% de la población mundial, en muchas naciones se discrimina a las mujeres en su acceso a los medios, recursos y servicios que se consideran básicos para el desarrollo personal y social. Fenómenos asociados como la violencia, el desempleo o la baja remuneración salarial, las limitaciones de acceso al sistema educativo, derivan en la “feminización de la pobreza”, rasgo que caracteriza a los países pobres o en vía de desarrollo.
Las razones de la discriminación han sido estudiadas suficientemente y obedecen a una lógica absurda (al menos hoy en día) de superioridad masculina: la predominancia ancestral de sociedades patriarcales, el machismo implantado como patrón social y cultural, que han tenido como resultado la situación de desventaja de la población femenina. Persisten en todo el mundo los feminicidios, la discriminación laboral, el acoso sexual y la violación como instrumentos de dominio sobre las mujeres.
Igualdad en este contexto significa que mujeres y hombres deben tener y disfrutar de los mismos derechos, recursos y oportunidades. Además de ser un derecho humano fundamental. “ Es imprescindible para lograr sociedades pacíficas con pleno potencial humano y capaces de desarrollarse de forma sostenible”. (ONU).
Las investigaciones de ONU Mujeres demuestran que el empoderamiento de las mujeres conduce a un incremento notable de la productividad y la riqueza de las naciones. Empoderamiento, esta es la clave, consiste en reconocerles a las mujeres los derechos que permitan desarrollar sus capacidades individuales y colectivas para alcanzar una vida autónoma y para alcanzar un peso específico en las decisiones y políticas que las afectan.
La lucha por los derechos de las mujeres continúa, el cambio es inexorable, paso a paso se logrará la conformación de sociedades igualitarias e inclusivas. Los hombres en posiciones de poder en cualquier esfera social deberán siempre pensar en las mujeres de su entorno familiar, en sus empleadas y amigas antes de tomar decisiones que las afecten, lo mismo en sus actos y en su vida cotidiana. Es totalmente inadmisible una actitud de superioridad basada en la fuerza, o en el poder económico y social.
El machismo debe ser una actitud en vía de extinción, superarlo debe constituirse en una condición sine qua non para el progreso y la estabilidad social. Trabajemos de la mano de nuestras mujeres, luchemos con ellas por el pleno reconocimiento de sus derechos, no olvidemos además, que ellas nos dan amor y estabilidad y que son la base fundamental de la familia y la sociedad.






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